Pepito
El lubricante en las relaciones sexuales ha pasado de ser un recurso para problemas de lubricación natural a un complemento casi indispensable para muchos. Una vez que lo pruebas, no querrás dejar de usarlo. No solo facilita la penetración y previene el dolor y la irritación, sino que también puede aumentar el placer, especialmente si tiene efectos especiales como el calor.
Tipos de lubricantes y sus usos
Lubricantes a base de aceite
Estos lubricantes, hechos a partir de grasas vegetales como el maíz y la oliva, ofrecen una lubricación prolongada. Sin embargo, pueden dejar manchas, deteriorar el látex de los preservativos y alterar la flora vaginal, lo que podría causar infecciones. Para el uso, basta con un par de gotas, aunque para masajes, aplica según se necesite.
Lubricantes a base de agua
Ideales para combatir la sequedad vaginal, son fáciles de limpiar y compatibles con preservativos. No manchan, pero tienden a secarse rápidamente y no son recomendables para uso en agua, ya que se diluyen. Es necesario reaplicarlos frecuentemente según la necesidad.
Lubricantes a base de silicona
Son más densos y duraderos, perfectos para el sexo en el agua y el sexo anal. No deben usarse con juguetes sexuales porque pueden deteriorarlos y son difíciles de limpiar. Solo se necesitan tres gotas, ya que su efecto dura más.
Consejos de expertas
Según la sexóloga Lara Ferreiro, el 65% de las mujeres y el 85% de los hombres en relaciones homosexuales usan lubricantes para intensificar el placer. Ella recomienda comprarlos en sex-shops o farmacias para asegurar su calidad y seguridad. Por su parte, la ginecóloga Marta Sánchez-Dehesa aconseja elegir productos con base acuosa y ecológica para evitar irritaciones y sequedad.
Si deseas explorar más sobre lubricantes y aprender trucos para mejorar tus relaciones, sigue leyendo y descubre cómo elegir y usar el mejor lubricante para ti.